AETH

La resurrección de Cristo

El evento de la resurrección marcó indeleblemente la vida de los seguidores de Jesús de Nazaret. Desde la perspectiva teológica, identifica el punto culminante del ministerio del joven rabino galileo; y desde el ángulo histórico, se convirtió en la experiencia que transformó las vidas y convicciones de los discípulos del Señor.

 
Para esa comunidad inicial de creyentes, las noticias de la resurrección se constituyeron en el fundamento teológico para que sus seguidores decidieran obedecer el mandato misionero de Jesús, de predicar el evangelio a la humanidad, hasta lo último de la tierra (Hch 1.8). Y de acuerdo con Lucas, como esas noticias eran ciertísimas (Lc 1.1), había que investigar y evaluar la información disponible para transmitirla a las próximas generaciones a través de la historia.

 
Esa importante información referente a la vida y obra de Jesús de Nazaret comenzó a transmitirse en la comunidad a viva voz. Los primeros testimonios públicos en torno al Señor fueron de naturaleza oral. Luego de las noticias de la desaparición del cuerpo del crucificado, y referente a las afirmaciones posteriores de que habían visto a Jesús vivo nuevamente en varios lugares, comenzaron a diseminarse en Jerusalén y Galilea las narraciones sobre la resurrección de Cristo. Esas declaraciones se iniciaron entre sus colaboradores más íntimos y cercanos, como las mujeres que fueron a ungir el cuerpo de Jesús, y luego siguieron entre sus discípulos y seguidores, hasta llegar al resto de la comunidad.


El deseo básico y la intensión fundamental de esas primeras comunidades cristianas y de esos creyentes iniciales, era afirmar que Jesús era el Mesías esperado, que tenía el poder y la autoridad sobre la vida y la muerte, y que ciertamente era el portavoz de una nueva palabra divina de esperanza y restauración para el pueblo.

 
No estaban interesados esos grupos de creyentes en articular una visión débil de Jesús, repleta de recuerdos nostálgicos e insanidad, ni tampoco de proponer una afirmación de su mensaje con resentimientos, amarguras y dolor. El propósito firme y definido de esas comunidades de fe primitivas, era poner claramente de relieve que Dios se había manifestado a la humanidad, a través de la figura del predicador galileo.


Dr. Samuel Pagán
Decano académico
Programas hispanos
Centro de Estudios Bíblicos de Jerusalén
Jerusalén y Lakeland

Deja un comentario