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La Solidaridad Radical de Dios

La Solidaridad Radical de Dios


La promesa más radical de Dios siempre ha sido la promesa de presencia. “Estaré contigo”, le promete
Dios a Moisés al enviarlo a liberar al pueblo. La promesa se repite para Josué y una y otra vez a lo largo
de las Escrituras. Cuando Isaías profetizó sobre el Mesías, el nombre que usó para el rey que venía
incorporaba directamente la promesa en el mismo ser del Mesías. Isaías escribe:


“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará
su nombre Emanuel“.


El nombre revela el carácter de Dios como el Dios de una solidaridad radical. Dios promete su presencia
a un pueblo que sufre. Jesús llega como la expresión más completa de la presencia de Dios. El Espíritu
continúa sirviéndonos como la presencia consoladora de Dios (2 Corintios 1:3-4). Frente a imperios en
expansión, pobreza creciente y abusos de todo tipo, Jesús llega como la misma presencia de Dios con
nosotros. Emanuel. Y Emanuel llegó a una ciudad en la periferia, eligió asociarse con personas
marginadas, siempre privilegiando a los pobres. La profunda solidaridad de Dios revelada en Jesús se
lleva al extremo más lejano; Jesús murió como víctima de los males del imperio. Sin embargo, al unirse a
nosotros en nuestro sufrimiento, Jesús abrió el camino para que compartiéramos en su vida resucitada.
La solidaridad de Dios con nosotros hace posible que compartamos con Dios. En este adviento, al
recordar la llegada de Dios convertido en un bebé, recordamos que Dios elige estar con nosotros en el
sufrimiento. Recordamos que Emanuel es la promesa de una nueva vida con Dios