Lucas 2:22-40
¿Hasta aquí llegó la Navidad? O, ¿es la Navidad el punto de partida que nos permite entender el proyecto de amor de Dios para nuestras vidas? Las Escrituras presentan una narrativa llena de diferentes matices que apuntan al tema del gozo experimentado en todos aquellos que procuran un encuentro personal con Emanuel-Dios con nosotros.
La profetisa Ana, además de ser un excelente modelo de vida, nos enseña la dirección correcta para alcanzar el proyecto de Dios. Ana sirvió al Señor noche y día por largo tiempo; mostrando que nunca se es demasiado viejo para servir al Señor y que debemos dedicar nuestra vida a vivir para sus propósitos siempre. Dios utilizará nuestro fiel servicio a Él, más allá de lo que podamos entender. No hay forma de medir las bendiciones del servicio de Ana, pero sí podemos afirmar que fue un servicio espiritual. Lo vemos en sus oraciones; lo vemos en sus ayunos; fue un servicio sacrificial y sostenido. Ana fue sorprendida por la alegría del Señor (v.37). A Dios le gusta sorprendernos con su alegría, y puede entrar en las cosas más pequeñas de la vida. Pero la alegría permanente proviene de nuestros encuentros íntimos con el Señor. Dios nos permite ver su mano en el trabajo, en las luchas diarias, en la enfermedad, en las finanzas, en la iglesia, en nuestros seres queridos.
La temporada navideña se manifiesta en todo su esplendor. Nos corresponde a nosotros dar gracias a Dios por el nacimiento del Redentor del mundo y comunicar con palabras y acciones que la luz que un día iluminó nuestro camino, también puede iluminar la vida de aquellos que se encuentran sin fe y sin esperanza. Que en esta temporada y siempre, recordemos permanecer cerca del Señor aún en “días malos”; servirle, en las maneras que podamos; y confiar en Su perfecto plan. Él nos sorprenderá con su alegría.
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The Eternal Face of Immanuel “God with us”
Luke 2:22-40
Is Christmas just the end of the year? Or, is Christmas the starting point allowing us to understand God’s plan of love for our lives? Scriptures present a narrative full of different nuances that point to the joy experienced in all those who seek a personal encounter with Immanuel-God with us.
The prophetess Anna, while being an excellent role model, also shows us the right path towards God’s project. Anna served the Lord night and day for a long time; showing that one is never too old to serve the Lord and that we must dedicate our lives to live according to his plans always. God will use our faithful service to Him, beyond what we can understand. We have no way to measure the many blessings of Anna’s service, yet we can affirm that it was a spiritual service. We see it in her prayers; we see it in her fasts; it was sacrificial and sustained service. Anna was surprised by the joy of the Lord (v.37). God likes to surprise us with His joy, and he gets even into the smallest things in life. However, permanent joy comes from intimate encounters with the Lord. God allows us to see His hand in our daily struggles, at work, in times of sickness, in our finances, at church, in our loved ones.
The Christmas season manifests itself in all its splendor. Let us thank God for the birth of the Redeemer of the world and, with our words and actions, tell others that the light that one day brightened our path can also brighten the lives of those who find themselves without faith and hope. That in this season and always, we remember to stay close to the Lord even in “bad days”; serve Him in all ways we can; and trust in His perfect plan. He will surprise us with His joy.