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Meditación de Acción de Gracias / Thanksgiving Meditation

Por Elizabeth Conde-Frazier


Doy gracias a mi Dios por ti cada vez que pienso en ti; y cada vez que oro por todos vosotros, lo hago con gozo por la forma en que me habéis ayudado en la obra del evangelio desde el primer día hasta ahora. (Filipenses 1:3-4)

Agradecidecimiento. Cuando pensamos en dar gracias, nuestra mente va a las cosas que salieron como deseábamos, a las oraciones respondidas como las pedimos, a las cosas que nos trajeron placer y alegría. ¿Qué más puede haber? Estoy agradecida por las cosas que están relacionadas con la jornada de mi vida. Las veces que las oraciones no fueron respondidas como esperaba, pero Dios me acompañó a través del terreno accidentado. Las formas en que ese terreno accidentado me ayudo a crecer como persona. Doy gracias a Dios por cosas que años después, en retrospectiva, resultaron mucho mejores a largo plazo. Me ahorré algunos dolores de cabeza cuando ese camino se me cerró.

Pero, ¿qué hacemos con las cosas que estuvieron realmente mal, que no tienen una buena explicación, que incluso causaron trauma y dejaron una huella imborrable en nuestras vidas sin una buena razón? Un buen amigo escribió recientemente un libro (Cradled in the Arms of Compassion) sobre estos temas donde habla de su propio trauma con el abuso sexual y del angustioso viaje de su vida debido a esto. El ve en su trauma la semejanza del abuso de Jesús en la crucifixión y la compasión que recibe de quienes lo aman a través de las pequeñas bondades que derraman sobre su vida en esos momentos. La imagen de la pietá, (significa piedad o compasión), escultura encargada por un cardenal francés afincado en Roma, que representa a María contemplando con tristeza el cadáver de su hijo que sostiene en su regazo. Para mi amigo la escultura se convierte en un símbolo especial de como Dios esta con él. Mi amigo está agradecido a Dios por todas esas personas amables a lo largo del camino de su sanidad. En un viaje así no siempre podemos dar las gracias porque estamos demasiado heridos, demasiado enojados y luchando sólo para sobrevivir.

Les insto, en esta ocasión de acción de gracias, a convertirnos en personas de bondad que otros puedan luego mirar hacia atrás y decir gracias a Dios por su bondad que representa la compasión y el acompañamiento de Dios en la parte de nuestras vidas donde todavía no hemos salido de lo difícil hacia el camino de la sanidad.