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Liberados y Salvados

Vivimos en tiempos de crisis cual nunca se había experimentado. Las noticias son tan funestas como si se respirara un aire de mortandad. Prefiero aludir a dicha atmósfera espiritual como que cada día ocurren señales que apuntan a que Dios hará algo nuevo con su gente; una nueva oportunidad para vivir bajo Su amparo. Para poder resistir el día malo, Dios nos ha dado promesas de redención, liberación y restauración. Estas acciones de gracia providencial se resumen en la Pascua, la cual recordamos mientras caminamos la jornada de cuaresma.

La Pascua fue un evento de liberación y preservación de la vida de los primogénitos del Israel esclavizado en Egipto. Durante esta última plaga, Dios había dado instrucciones específicas para ser librados de dicho dolor de pérdida. El Señor había encomendado que cada familia de Israel sacrificara un cordero, untara su sangre en los dinteles de las puertas y que cenaran juntos. Solo así, al paso del ángel de la muerte, los primogénitos del pueblo de Dios conservarían su vida y serían libres para adorar, servir a Dios y caminar en dirección de las promesas eternas del alma.

Cristo fue el cordero perfecto que ofreció su vida en rescate por toda la humanidad. Su sangre derramada en la cruz declara que somos justificados y liberados de la esclavitud del pecado si le reconocemos como nuestro Salvador. Su sangre sella nuestros corazones con esperanza, fe y amor. El aguijón de la muerte pasará de largo ante aquellos que se sienten en la mesa de gracia en la unidad del Espíritu Santo.

Cristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Él es nuestra pascua liberadora. Celebremos su presencia gloriosa en nosotros a través de una adoración en espíritu y en verdad. En esta pascua reflexionamos sobre la salvación que experimentamos a diferentes niveles que nos trae consuelo y paz, aun en medio de cualquier crisis. Vivamos en continua preparación como su iglesia, de gloria en gloria, con la Esperanza que algún día estaremos con Él para siempre y por ahora él está con nosotros hasta el fin del mundo. Permanezcamos en él.

Dr. Enrique A. De Jesús
Director de Ministerios Educacionales Hispanos, USA Oficinas Internacionales Iglesia de Dios
División de Educación
16 de marzo de 2022